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Una vez extruida y cortada la pasta, se debe secar para reducir su contenido de humedad al nivel adecuado. Esto normalmente se logra mediante sistemas de secado continuo, como secadores de tambor rotatorio, secadores de cinta o secadores de lecho fluidizado. La pasta se transfiere de la sección de corte o moldeado a la sección de secado, donde se procesa cuidadosamente para eliminar la humedad manteniendo su integridad estructural y evitando el secado excesivo, que puede provocar grietas o fragilidad.
La temperatura es uno de los factores más críticos en el proceso de secado. La etapa de secado inicial a menudo utiliza temperaturas más bajas para eliminar suavemente la humedad de la superficie sin provocar un secado rápido que pueda agrietar o deformar la pasta. La temperatura típica en esta primera etapa puede oscilar entre 30°C y 40°C (86°F a 104°F), dependiendo del tipo de pasta y su espesor. Este secado controlado a baja temperatura ayuda a preservar la textura natural de la pasta y previene cualquier daño irreversible al producto. Después de la fase de secado inicial, la temperatura aumenta gradualmente en la etapa de secado final para completar el proceso. Las temperaturas en esta fase pueden variar de 60°C a 80°C (140°F a 176°F). Estas temperaturas más altas aseguran que la pasta se seque adecuadamente sin secarse demasiado, lo que podría provocar una pérdida de textura, color o contenido nutricional. El uso del flujo de aire también es fundamental. El flujo de aire adecuado garantiza que la temperatura se distribuya uniformemente por la pasta, lo que reduce el riesgo de un secado desigual. Los sistemas de ventilación suelen estar integrados en las unidades de secado para facilitar un flujo de aire uniforme, lo que ayuda a la distribución uniforme del calor y la eliminación de la humedad.
La humedad es igualmente importante en el proceso de secado. La retención excesiva de humedad en la pasta puede provocar que se eche a perder, se aglomere o se deteriore la textura, mientras que el secado excesivo puede provocar que la pasta se vuelva quebradiza y se rompa fácilmente durante la manipulación o la cocción. Los sistemas de control de humedad en la sección de secado garantizan que el contenido de humedad de la pasta se reduzca a un nivel óptimo, normalmente alrededor del 12 % al 14 % para la mayoría de los productos de pasta seca. Durante el proceso de secado, la humedad en la cámara de secado se regula cuidadosamente. Los sensores colocados dentro de las unidades de secado monitorean constantemente los niveles de humedad relativa. Si la humedad aumenta demasiado, el sistema ajusta automáticamente la configuración del flujo de aire o del escape para expulsar el exceso de humedad. De manera similar, si el nivel de humedad es demasiado bajo, el sistema puede reducir el flujo de aire para retener más humedad en la pasta y evitar que se seque demasiado. Para un control más preciso, se pueden ubicar sensores de humedad en varias partes del sistema de secado, lo que permite al operador monitorear y ajustar las condiciones en tiempo real. Estos sistemas ayudan a garantizar que la pasta mantenga la textura y calidad deseadas evitando que se seque demasiado o retenga demasiada humedad.
Muchos modernos líneas de producción de pasta Utilice sistemas de secado de múltiples etapas, donde la pasta pasa por diferentes fases de secado a diferentes temperaturas y niveles de humedad. En una configuración típica, la pasta primero se expone a un secado a baja temperatura para eliminar la humedad de la superficie, luego se somete a un secado a temperatura media para reducir aún más el contenido de humedad y, finalmente, una fase de secado a alta temperatura garantiza que la pasta esté completamente Secado y listo para envasar. Cada etapa de secado puede tener sus propios ajustes de temperatura y humedad optimizados para formas de pasta específicas. Por ejemplo, los tipos de pasta más gruesas o las formas más grandes pueden requerir tiempos de secado más prolongados a temperaturas más bajas en comparación con las variedades de pasta más finas o más pequeñas. El secado en varias etapas garantiza que la pasta se seque uniformemente y que el contenido de humedad interna se reduzca gradualmente, lo que ayuda a mantener tanto la calidad como la estabilidad en almacenamiento.